Había una vez una niña llamada Valeria que vivía en un barrio muy unido y todos los niños y niñas iban a un lugar que existía allá, una biblioteca, más linda y unida. En esa biblioteca los niños se sentían como que era su casa, porque las tías que trabajaban ahí le daban un cariño super especial, ellos sentían que ahí encontraban un espacio para poder pensar, estudiar, reír y llorar.

Se hacían muchas cosas divertidas como pintar, leer y algo muy importante como sentirse alegre, las tías ayudaban a los niños a hacer sus tareas, habían niños que les costaba más aprender y cuando sentían que no podían hacerlo, ellas les daban ánimo para seguir intentándolo.

La mayoría de los niños y niñas de aquellos barrios iban a la biblioteca, porque todos sabían que si no tenían un espacio en su casa, lo tenían en esa biblioteca. Ahí tenían materiales para poder hacer sus trabajos, todos los niños ahí sentía “paz” y “alegría” y todos eran unidos porque se ayudaban entre sí.

Hace un tiempo que esa biblioteca sigue allí para nosotros y los niños que vendrán en los otros tiempos.

CAROLINA SANTANA SANTANA.
13 AÑOS.
BIBLIOTECA POYEN DUAM
(Colegio Angachilla)