Intégrate como voluntaria

Todas aquellas personas que quieran participar con la ADS o alguno de sus programas, deben tener disponibilidad de una mañana o tarde a la semana para conocer, capacitarse y formarse en nuestra empresa de voluntariado, integrándose y donándose a un programa ADS.

Para ello pueden:

  • Llamarnos a los teléfonos 2381 1704 – 2381 1705 – 3281 1706,
  • Enviarnos un correo a [email protected]  o
  • Dirigirse a nuestras oficinas, ubicadas en Callao N°3213, Comuna de Las Condes (lunes a viernes de 9:00 a 13:30 horas).

El voluntariado en nuestra experiencia

Una vocación de ser

En la ADS vivimos el voluntariado vocacional, que no se orienta sólo y primeramente a hacer cosas, sino a desarrollar a la persona en la medida que se entrega a quienes lo necesitan.
La vocación, o sea el llamado fundamental es siempre un llamado a :

  • SER
    Despertar y vivir lo que uno es
  • CONVERTIR NUESTRO SER EN UN DON
    Si no damos nuestro ser, se nos atrofia, deteriora y pierde
  • ENTREGA DE NUESTRO DON CON CREATIVIDAD Y FUTURO
    Más nos damos, más sentido toma nuestra vida
  • CAMINAR HACIA EL AMOR A TRAVÉS DE LA ENTREGA

Nuestro voluntariado es una invitación a amar y a vivir, en un proceso de continuo crecimiento.

El camino del voluntariado implica, no sólo hacer algo para el otro, sino más bien hacerlo desde el otro y con el otro.

Así el voluntariado se va transformando poco a poco en un movimiento, en una relación de entrega y acogida, en una relación de vida y generadora de vida nueva para ambos y para otros más.

El voluntariado es un proceso que nos hace pasar:

  • del estancamiento en lo rutinario, a la apertura a nuevos horizontes
  • de lo que yo puedo dar, a lo que otro necesita recibir
  • de las expectativas personales a la óptica de la misión
  • de la acción particular a una mirada y valor universal
  • del individualismo y el éxito personal, al trabajo en equipo y la celebración compartida

El voluntariado ADS supone en nosotras una capacidad de liberar tiempo

  • liberándonos del sistema que nos tiene siempre ocupados y pre-ocupados, ¡como maletas llenas en las que hay que poner algo más!
  • para el amor, la solidaridad, la transformación social, para un mundo mejor, como “empresarias del Reino”.

Gratuidad y compromiso

Hemos aprendido a convertir nuestro trabajo voluntario en un compromiso, en la medida que tenemos necesidad, obligación de no quedarnos con los brazos cruzados.

La acción voluntaria nace de la conciencia o comprensión de que no existe vida ni persona desarrollada si no está abierta a la solidaridad. No sólo la supervivencia de la humanidad requiere hoy de la solidaridad.

El proceso de maduración y crecimiento pasa, necesariamente por el encuentro personal con el otro, con hacerme cargo del otro. Es el otro el que me enriquece y me hace madurar.

Crecimiento personal y responsabilidad social
La dinámica gracia y compromiso nos orienta a vivir en un constante crecimiento, buscando una plena y madura realización personal con una circulación de bienes: desde lo mejor de mí, voy a lo mejor del otro, desde la presencia de Dios en mí para los otros, me abro a la presencia de Dios en los otros para mí. Así se genera un dinamismo de continuo crecimiento que recoge la frase del evangelio: al que tiene se le dará y al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará (Marcos 4,25).Quien vive esta actitud de desarrollo personal y proyección social, tendrá crecientes oportunidades para seguir desarrollándose y proyectándose.

Voluntariado, capacitación técnica
El trabajo voluntario no se reduce a “buena voluntad”. Requiere, también una capacidad técnica.
Hemos aprendido a integrar la capacitación técnica en nuestro trabajo voluntario:

  • por respeto a la acción, necesitamos hacerla y terminarla bien
  • por respeto a los destinatarios, que necesitan lo mejor
  • por respeto a nosotros mismos que necesitamos no sólo hacer cosas sino, también desarrollarnos en la acción.

Formación y capacitación
El voluntariado ADS desde siempre ha procurado integrar estas dos polaridades:
la formación personal y la capacitación técnica, desarrollando así un perfil que se define por una profunda formación valórica, humana, cristiana y salesiana, y por la adquisición de conocimientos y habilidades que capacitan para el desempeño adecuado del trabajo voluntario.

A partir de un mínimo de conocimientos y habilidades, empezamos a trabajar y, al mismo tiempo a desarrollar nuestras competencias y a calificar nuestra acción a través de una dinámica EFA (Evaluación, Formación, Acción).
Evaluamos la realidad y nuestra intervención en ella, lo que nos permite tener información para formar al voluntariado que va a la acción y así nuevamente evaluar para seguir avanzando.

Hacia un voluntariado reflexivo y capaz de aportar

La reflexión nos permite ir acumulando experiencia, para mejorar el servicio y llegar a tener programas que sean una respuesta real a las necesidades.

Una suma de voluntades
La mayor originalidad del voluntariado consiste en poner voluntad a la acción y acción a la voluntad.
Existe quienes viven soñando o haciendo discursos que nunca se hacen realidad.
Existe también quienes empiezan muchas cosas, pero no terminan ninguna.

El voluntariado busca romper esos círculos viciosos, generando acciones eficaces que se prolongan en el tiempo:

  • gracias a la formación personal en comunidad de cada voluntaria, que renueva permanentemente sus motivaciones de entrega y servicio
  • gracias a la organización voluntaria, la que como una orquesta aprovecha el aporte original de cada una y lo integra en una obra sinfónica

Extracto de Programa de Formación Inicial ADS:
Invitación a Vivir: descubrimiento de la vida como vocación y misión